Vengo del Psiquiatra. No es que esté majara o depresiva, es que en mi empresa me han estado haciendo la puñeta, y la burocracia del sistema de bajas laborales exige informes del psiquiatra.
No goza de mi aprobación tal especialidad médica, pero además de que no me queda otra que ir, la verdad es que la primera vez que fuí, encontré al otro lado de la mesa a un hombre joven que parecía interesarse por lo que escuchaba, y eso me gustó. Después de que concluyó que yo había sido víctima de , llamemosle ostigamiento en mi trabajo, quedamos en vernos pasado un mes, para ver cómo iba el asunto laboral pues -según sus palabras- no le preocupaba otra cosa.
Pasó el mes y esta mañana me fui para allá. Tuve que levantarme a 6:45, cosa que me ha repateao un poco, andar tres cuartos de hora (podría haber cogido un taxi, pero me gusta andar) Llegué a mi hora, a las 08:30. Él no. Eran casi las 09:00 cuando llegaba. Diez minutos mas tarde yo estaba en la calle camino de vuelta a casa.
Ha sido una sensacion de frustración fea. Yo había decidio que quizá -y solo quizá- le hablaría a este hombre de mi. No ha habido ocasion para dudarlo siquiera.Parece que los asuntos de uno no importan siquiera a quien por vocación, deberían importarle. Chasco.
Cuando llegaba a casa vi que la mujer que limpia la casa de la vecina, le estaba limpiando las ventanas. Me ha dado mucha pena, supongo que porque me revienta limpiar las ventanas, de hecho no lo hago casi nunca y limpiar las de otro se me antoja repulsivo.
Menos mal que no tengo que limpiar ventanas.